La displasia de caderas es una anormalidad en la formación de la cadera. La luxación y la displasia son dos problemas relativamente frecuentes en el recién nacido.
La enfermedad es evolutiva. Si no se trata, el niño puede desarrollar complicaciones como osteoartritis degenerativa, marcha anormal y diferencia en la longitud de los miembros inferiores. El diagnóstico precoz ayuda a iniciar un rápido tratamiento que favorece a la recuperación del niño evitando futuras incapacidades.
Factores que inciden o que pueden desencadenar una displasia • Antecedentes hereditarios. • Posición podálica o de nalgas antes de nacer. • Falta de espacio en el útero. • Falta de líquido amniótico. • Madres primerizas. • Niños prematuros. • Sexo femenino. • Raza blanca.
Síntomas
• La displasia se diagnostica durante los exámenes periódicos que se le hacen a un recién nacido. Cuando el pediatra examina al bebé, le observa las extremidades y controla las caderas mediante unas maniobras conocidas como Maniobra de Ortholani and Maniobra de Barlow. Es común acompañar el control con una ecografía para quitarse las dudas.
• En niños menores a las doce semanas, las caderas suelen hacer un chasquido cuando se le aplican maniobras de Ortholani o Barlow.
• En niños mayores de tres meses los síntomas se manifiestan a través de la dismetría en las piernas, en la asimetría en los pliegues cutáneos de la ingle y cojera.
• En niños mayores, la radiografía de cadera es un método eficaz para su detección.
Tratamiento
En casos leves, se los puede corregir con el uso de un doble pañal. Es frecuente la colocación del Arnés de Pavlik. La duración del tratamiento depende de la evolución del bebé. En casos graves o en niños mayores, el traumatólogo puede sugerir una cirugía correctiva.
Recomendaciones
• No desatienda los controles pediátricos.
Evite
• Aunque note a su bebé incómodo por el arnés, no abandone el tratamiento.
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