Es el daño a la piel y los tejidos internos causado por el frío extremo. A continuación se presentan los posibles tratamientos para la congelación.
Áloe: El acíbar posee propiedades antisépticas, bactericidas, antiinflamatorias, hidratantes y regeneradoras. Aplicado sobre la piel, resulta ser uno de los mejores remedios contra la curación de todo tipo de lesiones cutáneas. Aplicar el jugo del áloe sobre la zona afectada y cubrir con una gasa desinfectada.
Papa: El jugo de patata posee propiedades vulnerarias, cicatrizantes y reparadoras. Exprimir una patata cruda y aplicar el jugo sobre la parte congelada con una gasa bien limpia. Hervir medio kilo de patatas en un par de litros de agua. Aplicar baños de agua de patata sobre las zonas congeladas.
Pepino: Los pepinos resultan muy adecuados para restaurar las propiedades de la piel. Triturar un par de pepinos con una batidora y extender la pulpa triturada en forma de crema sobre la piel afectada durante 15 minutos.
Rábanos: Al igual que las hortalizas anteriores los rábanos también poseen propiedades vulnerarias por lo que pueden ayudar a favorecer la curación de las heridas producidas por congelación. Exprimir unos cuantos rábanos con una licuadora y aplicar el jugo tibio con una gasa bien limpia sobre las zonas afectadas por el frío.
Jengibre: El jengibre aumenta la circulación en la periferia por lo que ayuda a recuperación de las zonas afectadas por congelaciones. Además el jengibre posee propiedades antiinflamatorias y analgésicas que pueden ayudar a reducir la inflamación y el dolor agudo que acompaña a las lesiones producidas por congelación. Comerlo junto con otros alimentos. Tomar 3 cápsulas de 250 mg al día, repartidas entre las comidas principales.
Árnica: Si se han producido ampollas no abiertas, la crema de árnica proporciona valores antiinflamatorios, antibacterianos y reduce la sensación de dolor. Aplicar crema de árnica sobre las ampollas muy suavemente. No aplicar en caso de heridas abiertas. |