Es el trastorno del lenguaje más común en los niños, el más conocido y más fácil de identificar. Suele presentarse entre los tres y los cinco años, con alteraciones en la articulación de los fonemas. A un niño le diagnostican dislalia; cuando se nota que es incapaz de pronunciar correctamente los sonidos del habla que son vistos como normales según su edad y desarrollo. Un niño con dislalia suele sustituir una letra por otra, o no pronunciar consonantes. Ejemplos: dicen ticiclo en vez de triciclo, cocholate en vez de chocolate. El origen de esta alteración suele relacionarse con problemas dentales, de la lengua, frenillo lingual, insuficiencia de la audición, alteraciones nerviosas o simplemente, imitación de lo que escucha en su entorno.
Recomendaciones:
- Hablar correctamente delante de los niños y no tratar de imitar los defectos del niño.
- No burlarse de la mala pronunciación del niño porque acomplejan.
- Tratar de corregirles en su pronunciación disimuladamente para que no se sientan mal.
- Darles estimulación para que hablen todo tipo de tema que les guste.
- Hacerles juegos de palabras como canciones, juego de rimas, trabalenguas, etc.
- Enseñarles a diferenciar palabras similares pero totalmente distintas, ejemplo; rojo y cojo, niña y piña, etc.
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