Las pérdidas dadas por la piel, la ausencia del aporte adecuado de líquidos y por el cuadro general de presentar vómitos a repetición hacen del riesgo de deshidratación con sus signos propios. Serán la hidratación, ojala con algún tipo de suero o agua, en cantidad progresiva y evaluando tolerancia, las primeras medidas a implementar. Las características propias del grosor de la piel de los niños, la poca o menor desarrollada capacidad para eliminar el calor por medio del sudor, el disminuido grosor de los huesos de la bóveda craneana, los hace especialmente vulnerables a padecer severa alteraciones secundarios a la sobre exposición al sol.
Tratamiento Natural:
Almendras:
Frotar suavemente las partes afectadas con aceite de almendras.
Baños tibios:
Darse un baño de pies, medio baño o baño entero, tibio y prolongado.
Coco:
Frotar suavemente las partes afectadas con aceite de coco.
Beber:
Tomar bebidas refrescantes.
Pepino:
Zumo fresco de pepino. Con la ayuda de una gasa o toalla pequeña efectuaremos suaves friegas sobre las partes de la piel más sensible (cara, cabeza, tronco y muslos).
Recomendaciones:
- Durante los primeros síntomas debemos proteger al niño en la sombra y colocarlo boca arriba.
- Los niños deberán estar bien hidratados dándoles de beber abundante líquido.
- Mojar el cuerpo con la ayuda de toallas empapadas en agua fría o templada.
- Darles reposo absoluto para evitar una mayor pérdida de líquidos.
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