Arcilla medicinal, uso externo e interno
La arcilla medicinal se puede usar como barro para uso externo, ya sea como emplastos, cataplasmas o compresas.
La arcilla medicinal se usa de manera interna según el problema a tratar y según la reacción del paciente a este método natural, se recomienda asesorarse de un especialista antes de comenzar con algún tratamiento externo, sabiendo que existe varios tipos de arcilla medicinal ya descritos en anteriores informes.
arcilla-medicinal 2019-02-07 20:21:39
Arcilla medicinal uso externo
- Limpieza dental - sangrado de encías: Mojar el cepillo, poner la arcilla en el cepillo como si fuera pasta dental y cepillar los dientes. Nos beneficia en: Limpieza Dental, Blanqueamiento de los dientes, Quita sarro, Desinfecta ENCIAS, Cicatriza heridas.
- Baños de arcilla: Se coloca en una bañera de 5 a 10 k de arcilla, realizamos el baño durante 30 a 40 minutos; puede ser baños en agua fría o en agua caliente.
- Emplastos de barro: Es la forma más común de uso de la arcilla. Es la aplicación de la arcilla como barro directamente sobre la zona a tratar.
- Cataplasma de barro: Es la forma de aplicación de la arcilla de manera indirecta sobre la piel, primero se cubre la piel con un trozo de tela, gasa, etc. y luego se agrega el barro encima. No hay contacto del barro con la piel. El barro se puede preparar con agua, que es la manera más común, pero también con zumos, caldos, aguas terapéuticas, esencias, etc.
Para preparar la cataplasma de barro, primero se prepara el barro o fango, luego hay que verter la arcilla machacada o en polvo, en un tazón de madera, loza o vidrio (evitar usar metal o plástico). Cubrir con agua de manantial (sin cloro) hasta formar el barro con una consistencia en forma de lodo o fango o masa, sin ser demasiada espesa o muy fluida. Sobre la zona afectada o adolorida extender una tela bastante gruesa o gasa, luego con una espátula de madera para extender el barro en grosor de 2-3 cm. El barro no está en contacto con la piel. Esto es lo que se llama la cataplasma. La cataplasma se puede dejar aplicada durante unos minutos, unas horas, o incluso toda una noche. Después de la aplicación, y una vez seca, retírela con cuidado y lave la zona con agua tibia. No emplee alcohol ni colonia. Tire la arcilla, pues habrá recogido sustancias nocivas para el organismo. Nunca se debe reutilizar esta arcilla. Existen dos tipos de cataplasmas según su temperatura, una fría y otra tibia que se utiliza para tonificar o revitalizar
La cataplasma fría se aplica a estados febriles, congestionado, inflamado o caliente (como el bajo vientre). Normalmente se calienta en seguida al contacto con la piel. Cambiar una vez esté caliente. No se asuste, al principio del tratamiento puede ser necesario cambiar la cataplasma cada cinco o diez minutos.
El otro tipo de cataplasma es la tibia, que se aplica cuando tiene como objetivo la revitalización general, o de un órgano en particular, reconstrucción ósea (fractura, descalcificación) o sobre el hígado, los riñones o la vejiga, sobre todo en caso de cistitis (evitar las mujeres embarazadas). Hay varios métodos para calentar la arcilla. El más sencillo consiste en dejar la mezcla de agua y arcilla bajo el sol o cerca de un radiador. Evitar el contacto con una fuente de calor, pues la desnaturalizaría. Otro modo consiste en calentar la mezcla al baño María, pero es más difícil conseguir el punto. Si se trata de descongestionar un órgano en especial, de paliar un estado agudo inflamatorio o infeccioso, las primeras aplicaciones deben dejarse mientras la cataplasma no moleste, generalmente toda la noche. Si lo despierta porque la cataplasma está demasiado caliente o molesta, esto quiere decir que esta ya ha hecho su trabajo y ha absorbido lo que podía. Resista la tentación de aplicar otra cataplasma: correría el riesgo de fatigar el organismo.
- Compresas de barro: A veces es preferible, sobre todo al comenzar el tratamiento cuando se teme una reacción secundaria al uso de cataplasmas, o en caso de lesiones infectadas, es mejor aplicar una compresa de barro. La preparación de una compresa es muy simple. Se elabora una mezcla con más agua y menos arcilla, de manera que quede una mezcla fluida. Se sumerge en ella una tela o toalla (de material natural, no sintético) que debe quedar impregnada de una fina capa de arcilla. Aplicar la compresa en la zona elegida y cúbrala con otra tela seca. Sosténgala con una tira de tela ligera. En general, es suficiente aplicar la compresa media o una hora, exceptuando la noche, en la que se puede dejar varias horas.
- Fricciones o empolvado: Se recomienda la arcilla fina para el empolvado de los bebés. Es más eficaz que el talco, raramente natural, y se puede usar en rasguños, dada su acción desinfectante, unida a su capacidad de regeneración rápida de tejidos. Incluso se puede usar para eccemas o incluso psoriasis.
- Gargarismo: Se disuelve una cucharadita de arcilla para uso interno en ½ vaso de agua destilada o mineral.
Arcilla medicinal uso interno
La arcilla también es usada como ingesta por las personas para curar diversas enfermedades, siendo las más conocidas para gastritis y ulceras, con una efectividad asombrosa. Es recomendable al inicio de cualquier tratamiento de arcilla para uso interno, consumir solo como agua arcillosa: agregue o mezcle el agua con la arcilla y remueva, luego deje reposar por 10 minutos, finalmente tome el agua arcillosa, dejando en el fondo del vaso la arcilla sedimentada; esta forma de tratamiento de tomar agua arcillosa, puede hacerlo por una semana o dos, hasta que el organismo no sienta ninguna alteración; si el tratamiento es más largo se puede pasar al segundo plan, que es tomar toda el agua y toda la arcilla, o sea remover bien el agua y la arcilla y tomarlo de un solo golpe sin dejarlo reposar. Puede hacer una primera cura de tres semanas, suspéndala durante una semana y vuelva a empezar el tratamiento en caso necesario. Lo ideal sería tomarla una semana si y otra no, pero depende de la dolencia. Dele tiempo a su organismo a deshacerse de los residuos que lo colman.
Una dosis aconsejable es tomar 1-2 cucharaditas de arcilla, diluidas en un vaso de agua, al día. En caso de infecciones intestinales (colibacilosis, gastroenteritis, etc.) o afecciones del tubo digestivo (úlcera duodenal o estomacal, enteritis) la dosis puede aumentarse hasta tres o cuatro cucharaditas de café al día. En la mayoría de los casos pueden bastan las dosis indicadas. Todos recomiendan usar cucharas de madera o plástico, menos las de metal.
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