Los vinos medicinales no es otra cosa que el empleo o uso del vino como ingrediente principal para la elaboración de macerados con plantas, cortezas que aportan sus propiedades medicinales en esta bebida alcohólica, si bien para realizar un macerado se puede usar cualquier tipo de licor como Whisky, cañazo, tequila, pisco, usaremos el termino vino por la tradición que remonta desde las civilizaciones griega y romana, donde Hipocatés mencionada que el vino es maravillosamente apropiado para le hombre en la salud y en la enfermedad, si se administra adecuadamente, como lo prendemos realizar en medicinas naturistas.
Realizar la maceración de una fruta, vegetal, raíces, corteza en alcohol aportará aromas y componentes medicinales, la pulpa aportará ácidos, azúcares, proteínas y minerales.
El alcohol es el ingrediente principal de los macerados, por lo que su calidad dependerá del alcohol que escojas. Además, otro componente fundamental para tener en cuenta es el azúcar, para elaborar macerados medicinales se recomienda usara caña de azúcar, o miel de abeja, sin impurezas ni olores extraños.
Los macerados son bebidas hecha a base de frutas y pisco es una costumbre bastante común en zonas agrícolas y vitivinícolas, donde se destina a este fin los excedentes de las cosechas y aguardientes, usualmente se prepara para el consumo de la familia y solo en ocasiones para la venta.
El alcohol, una vez ingerido, no necesitara ningún tipo de digestión, absorbiéndose muy fácilmente, principalmente a nivel intestinal. Una vez absorbido se disuelve por todo el organismo, de tal modo que en poco tiempo alcanza todos los tejidos. La mayor parte del alcohol se metaboliza a nivel hepático, y sólo una pequeña cantidad se elimina vía respiratoria y renal.
El otro aspecto destacable del metabolismo del alcohol es que este se catabólica fundamentalmente a nivel hepático, y el hígado tiene una capacidad limitada para el citado catabolismo, lo que quiere decir que una vez alcanzada esta, la eliminación del alcohol es función del tiempo. Así, en una fuerte intoxicación etílica la eliminación del alcohol puede llevar más de un día, con los consiguientes efectos nocivos de todo tipo.
La preparación de vinos medicinales o macerados para la salud en casa es muy factible y de muy buenos resultados, se tiene como ingredientes cortezas de plantas medicinales, pudiendo mezclar más de una planta, en un buen vino, pisco, cañazo, tequila, o licor de su preferencia.
La selección del producto principal se deja a criterio de cada persona, descartando que los licores dulces no serán utilizados con fines terapéuticos. Para preparar un buen tónico medicinal a base de vino, es necesario las cortezas de Huanarpo macho, 7 raíces, Chuchuhuasi, maca negra, Mashua negra, entre otras. Pudiendo agregar miel de abeja de campo no de supermercado para dar un toque dulce.
Las plantas usadas serán, ajos, maca, acacia, genciana, huevos, toronjil, entre otras plantas y cortezas.
Orégano, canela, puerros, semillas de hinojo, anís tomillo, alcachofa, cardo mariano, entre otros.
El uso del vino como principio activo para la elaboración de medicamentos data desde muchos siglos atrás, se sabe que el siglo IX en el frontispicio del hospital de Salerno estaba grabada la inscripción: “bebe un poco de vino”.
Lo cierto es que, a finales del siglo XIX en Europa, muchos productos medicinales se realizaban a base de vino.
Maravillosa obra publicada en Barcelona en 1841 por Raimundo Fors, donde clasifica enólicos, enolados y enolaturos como:
Todos estos vinos, usados como medicamentos fueron registros en distintas épocas bas la Dirección General de Sanidad.
Vino de origen francés de fama mundial, registrado 20 de abril de 1926, RS. 7921. La fermentación se daba a partir de carne de baja redigerida con pepsina.
Obteniendo peptonas a través de la digestión de las proteínas en reaacción de los ácidos y enzimas proteolíticas.
Como estimulante del sistema inmunológico, como un energizante en personas débiles, pacientes con tuberculosis, anemia o convalecientes, además de personas con mala digestión.
Registrado el 20 de junio de 1923, R.S. 7079. Era conocido también como Vinum Extracti Hepatis Morrhuae. Este vino era respaldado por prestigiosos médicos de la época en España.
Este vino, era medicado para poder consumir aceite de hígado de bacalao, sin malas experiencias, en esos tiempos el aceite de bacalao era una buena medicina para la escrofulosis.
Sin embargo, su composición tenía lactofosfato cálcico, hipofosfato cálcico, hipofosfato de sodio, quina calisaya, yodo y extracto de hígado de bacalao.
Este vino era vendido con el fin de combatir y prevenir el raquitismo, anemia y TBC.
Producto producido por laboratorio M. Fabregat de Barcelona, bajo el RS. 2521. Sus componentes de este vino eran Yodo, tanino, arrhenal y glicerofosfato de sodio en una base de vino moscatel.
Tónico energético, revolvía la vitalidad tanto física como mental, además de prevenir y tratar anemias, raquitismo, escrófula.
Vino elaborado por Laboratorio Pesqui de San Sebastián, el 20 de junio de 1920, bajo el R.S. 665. Tenía entre sus ingredientes Cinchona calisaya, bromuro de litio, pepsina, nitrato de uranio, glicerina y vino añejo.
Este producto era empleado para diabéticos, existía instrucciones de como complementar con insulina. Se tomaba una copa antes y después de cada comida, y al ir a dormir.
Este vino también era conocido como Enolaturo Padró, fue producido en España y registrado el 26 de junio de 1920, R.S. 887.
Entre sus ingredientes encontramos yoduro de mercurio y de potasio, arseniato sódico, macerados vegetales.
Era un limpiador de la sangre, prescrito para pacientes con problemas dermatológicos, artríticos, artrósicos, reuma, gota, dolor y para el escrofulismo.
Creado por D. Antonio Muzás y Registrado el 16 de julio de 1930, R.S. 12966. Fue un vino distinguido y ganador de certámenes, donde data que este vino era ya muy conocido mucho más antes de su registro.
Estaba elaborado a base de quina loja, quina calisaya, nuez de cola y vitamina B1.
Reconstituyente energético y anti anémico. Se podía usar durante la lactancia y en momentos de debilidad, recomendado para niños y ancianos. En neurasténicos y cardiacos.
Este producto del del laboratorio Pinedo de Santander, se elaboraba a principios de del siglo pasado, R.S. 10975. Estaba compuesto por nuez de cola, cacao, ácido fosfórico, glicerina, alcohol y vino Pedro Ximénez.
Poderoso reconstituyen contra el cansancio cerebral, fatiga, desanimo, desequilibrio nervioso.
Otro vino español preparado por M. Rovira bajo el R.S. 12793. Entre sus ingredientes estaban el extracto hepático, glicerofosfato cálcico, glicerofosfato sódico, metilarseniato sódico, gluconato cálcico, glicerina, vino de Jerez y vino de Málaga, con jarabe de naranjas amargas.
Para pacientes con anemia, poderoso tónico reconstituyente, se recetaba en etapas de lactancia y para prevenir infecciones.
Era un medicamento a base de yodo, tanino, bifosfato sódico, extracto de bananas y vinos de Jerez y Málaga. Elaborado por el laboratorio Therapia de Barcelona, R.S. 12.732.
Linfatismo, escrofulismo, anemia, debilidad, inapetencia, neurastenia y convalecencias.